Los hábitos a adoptar al comenzar el tratamiento

Desde el primer día del tratamiento debes habituarte a hacer cinco ingestas diarias: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Entre ingesta e ingesta deben transcurrir unas 3 horas aproximadamente (nunca más de cuatro).

Tanto en la comida del mediodía como en la cena, debes comer verduras: crudas y/o cocidas. En cada fase se indica un grupo de verduras autorizadas. Debes respetar el peso que te indique el médico. No debes sobrepasar la cantidad ordenada.

En todas las ingestas tomarás proteína. Al inicio del tratamiento, las cinco ingestas de proteína serán en base a los preparados de alto valor biológico de LINEA 15. A medida que cambies de fases, sustituirás los preparados de proteína por proteína animal.

Deberás aliñar las verduras con una cucharada de aceite de oliva virgen al día. Es obligatorio y necesario tomar esta cantidad de aceite diario. Opcionalmente también puedes utilizar una cucharada de vinagre de vino tinto (no de Módena, no de manzana, no de vino blanco, etc.). También es posible una cucharada de zumo de limón, mostaza tipo Dijon (que no lleve azúcares en su composición), o hacer una vinagreta. Es posible usar especias, siempre que sean deshidratadas en polvo.

Los preparados LINEA 15 presentan diferentes sabores que puedes elegir según tus preferencias, y que te aconsejamos que sean variados: dulces y salados, para poder organizar diferentes menús.

Se preparan en la batidora con la cantidad de agua que indica el texto del sobre. El agua debe ser natural o del tiempo, nunca fría ni caliente, a no ser que se especifique en el modo de uso. Una vez hidratada la proteína en polvo, ya puedes calentar el preparado, ponerlo en el frigorífico, en la sartén, o en el horno, según sea el caso. No utilices la batidora para calentar el preparado al microondas.

Finalmente, debes tener presente que es imprescindible tomar dos litros de agua al día, además de la que se usa para los preparados, y todos los complementos de minerales y vitaminas que te ha indicado el médico.

Puedes tomar café natural (no torrefacto, ni descafeinado, ni de cápsulas), infusiones de té negro o blanco (no verde o rojo, y no en hoja sino en bolsitas y deshidratado), e infusiones de menta, poleo, o camomila; también en sobrecitos y deshidratados.

 

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