Alguna vez habrás escuchado o incluso empleado la expresión popular “Me importa un rábano” para dar por entendido que algo carece de importancia o valor, cuando en realidad el rábano es una hortaliza con múltiples beneficios.
El rábano es un cultivo de raíz, perteneciente a la familia de las crucíferas, de sabor picante o dulce según su variedad. Pueden ser de forma alargada y cilíndrica o esférica, y de color blanco, morado, rojo o negro.
Los rábanos son beneficios para el tratamiento y prevención de ciertas dolencias, y en ciertas partes del cuerpo, estos son algunos de ellos:
Hígado y vesícula biliar. Los rábanos regulan la producción de bilis del hígado, ayudando a descongestionarlo y desintoxicarlo. Al mismo tiempo, mejora el funcionamiento de la vesícula biliar, haciéndolo especialmente útil en casos de hepatitis aguda y crónica, hígado graso, cirrosis, intoxicación hepática por fármacos, ictericia, entre otras afecciones.
Aparato digestivo. Otra de las propiedades del rábano es su capacidad de aumentar la flora intestinal, lo que favorece la digestión de los alimentos, incrementando aquellas bacterias “buenas” y neutralizando las bacterias perjudiciales para la salud y que son responsables de gases y pesadez. Todo esto gracias su alto contenido en fibra, que a su vez corrige el estreñimiento y elimina toxinas, lo que ayuda en casos de hemorroides.
Trastornos urinarios. Los rábanos tienen propiedades diuréticas, gracias a su bajo contenido de calorías y elevados niveles de potasio. Aumentan la producción de orina, mejoran la inflamación y la sensación de ardor al orinar. Limpia e inhibe infecciones en los riñones y el sistema urinario.
Condiciones cardiovasculares. Los rábanos son una gran fuente de antocianinas, un tipo de flavonoides, que se ha vinculado con la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, su contenido en potasio, ayuda a regular la presión arterial.
Cáncer. El rábano es empleado como tratamiento en muchos tipos de cáncer, principalmente, colon, riñón, intestino, estómago y cáncer bucal. Por su gran aporte de vitamina C, ácido fólico y antocianinas, los rábanos resultan una gran fuente de antioxidantes, con un gran impacto en las células cancerosas, llegando a causar muerte celular e impidiendo que estas se reproduzcan.
Temperatura corporal. Los rábanos resultan refrescantes y son empleados para disminuir el exceso de calor en el cuerpo que puede acumularse en días calurosos o en casos de fiebre.
Tiroides. Su contenido en isotiocianatos, disminuyen la producción de hormonas en la tiroides, lo que lo convierte en un aliado para el control del hipertiroidismo.
Afecciones respiratorias. Tiene propiedades expectorantes y antibióticas, indicado en casos de bronquitis, asma, resfriados, dolores de garganta y sinusitis.
Diabetes. Gracias a su bajo índice glucémico y a su capacidad de regular la absorción de azúcares en la sangre, los rábanos son indicados en personas con diabetes.
Y por si fuera poco, también es usado en casos de deshidratación, picaduras de insectos, para mejorar el sistema inmune y en dietas para bajar de peso. Con todas estas propiedades lo pensarás antes de decir “me importa un rábano”.
En Dieta Proteinada Método SUICO, están incluidas desde la primera fase, quedando autorizados hasta 200 gr. por ingesta. Se recomienda usarlos en todas las ensaladas y como acompañante de cualquier proteína: carne, pescado, huevos, etc….. Se pueden aliñar con unas gotas de aceite de oliva, sal gruesa, unas gotas de limón, perejil, etc……
A ti, cómo te gusta???